Cuando viajé a NYC busqué a conciencia la fearless girl que ahora se encuentra frente al edificio de la bolsa de NY. La encontré, adopté la postura del superhéroe y saqué una de las fotos que más ilusión me hizo tener. Porque hay campañas que se convierten en símbolos. Los símbolos nos inspiran. Y el ser humano necesita de esa inspiración para ser mejor.
El 7 de marzo de 2017 un fondo de inversión cuyas siglas forman la palabra SHE, lanzó una campaña para conmemorar el Día Internacional de la Mujer con el hashtag #shemakesthedifference.
La acción consistió en crear una niña de bronce y colocarla en uno de los lugares más icónicos de la ciudad de Nueva York (y del mundo), frente al toro de Wall Street. La campaña dio la vuelta al mundo, y generó conversación y controversia. La artista y activista Kristen Visbal fue la encargada de dar vida a la escultura.
Personalmente me fascina la sencillez del símbolo y la repercusión que tuvo. Desde el punto de vista de comunicación fueron muchos los factores que se combinaron; utilizaron una efeméride internacional, usaron sus propias siglas para ligar el hashtag, realizaron un storydoing sencillo que empatizaba con muchos grupos sociales…
