[:es]#36daysoftype Challenge[:]#36daysoftype Challenge

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Todos los años, desde 2014 en que Nina Sans y Rafa Goicoechea inauguraron 36 Days of Type, entre febrero y abril se lanza un #challenge por instagram que invita a diseñadores, ilustradores y artistas gráficos a expresar su particular interpretación de las letras y números del alfabeto latino.

Una convocatoria abierta anual que explora los límites creativos, donde los participantes tienen el desafío de diseñar una letra o un número cada día durante 36 días consecutivos, y publicarlos a través de Instagram subiendo sus interpretaciones tipográficas a sus perfiles, mientras utilizan los hashtags del proyecto más los hashtags diarios para participar en el proyecto.

De todas las entradas diarias, el equipo de la cuenta oficial de 36daysoftype selecciona algunas piezas que se publicarán en su cuenta cada día del desafío hasta el final de la edición.

Además, una vez finalizada cada ronda oficial, todas las series que se hayan realizado durante la edición también podrán ser exhibidas en las cuentas del proyecto durante todo el año, como una forma de promover el trabajo de los artistas involucrados.

 

#36daysoftype es un proyecto que pretende ser un espacio de creación en torno a la tipografía y sus infinitas posibilidades gráficas así como un escaparate para diseñadores y artistas gráficos que lo deseen.

Este año, decidí que era el momento de inaugurar mi cuenta de diseñadora de instagram y que seguir este desafío sería un buen ejercicio para ello. 

La tipografía en el diseño gráfico es clave cuando se trata de conectar marcas con sus audiencias y establecer identidades que las diferencien unas de otras, la tipografía es la forma en la que escribimos la voz y los mensajes de una marca y en este caso se trataba de hablar de mi y reflexionar de forma gráfica cada noche acerca de texturas y vivencias.

Durante los 36 días, que arrancaban el 5 de abril, diseñé una tipografía basada en letras y números en 3D de texturas que representaban mis vivencias y recuerdos, romperlas y repararlas para hacerlas más bellas. El concepto creativo del proyecto sería el kintsugi.

Durante los dos últimos años me he acercado a esta técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas y que ha acabado convirtiéndose en una filosofía de vida. Descubrí esta tradición a través de la historia de mi hermana, ella tuvo un accidente de moto que le dejó unas marcadas cicatrices que ha tornado en positivismo y lección de vida.

Frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices.

Mediante el encaje y la unión con un barniz espolvoreado de oro de los fragmentos rotos, la cerámica recupera su forma original, si bien las cicatrices doradas y visibles transforman su esencia estética, evocando el desgaste que el tiempo obra sobre las cosas físicas, la mutabilidad de la identidad y el valor de la imperfección. 

Así que, en lugar de disimular las líneas de rotura, las piezas tratadas con el método Kintsugi exhiben las heridas de su pasado, con lo que adquieren una nueva vida, se vuelven únicas, ganando en belleza y hondura.

Este es el resultado de mi desafío, los 36 días de reflexión que me ha dado este reto de la comunidad de diseñadores… eso si desafío con ñ como buena castellana.

Abajo puedes visualizar los 36 diseños que realicé, y en mi perfil de Instagram @barbara.guillen.design también puedes ver el proyecto al completo 🙂

Autores

Bárbara Guillén